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01 Octubre 2020

Con motivo del Día Internacional de las Personas Mayores, hemos entrevistado a Santiago Larburu (Zumaia 1953), el nuevo Presidente de EuskoFederpen. La Federación se creó en 1982 bajo el título "Federación Vasco Navarra", pero hace 3 años pasó a denominarse EuskoFederpen.
Médico cirujano jubilado, ha dado el salto de la salud al ámbito social. Su gran trayectoria y amplia visión nos permite hablar sobre el envejecimiento activo, los objetivos de Naciones Unidas, el trabajo realizado por Euskadi Lagunkoia, el impacto del COVID19 y de la situación actual de una manera objetiva y seria.
Normalmente, cuando uno se va a jubilar la típica frase suele ser "cuando me jubile voy a viajar, no voy a hacer nada, ya he trabajado bastante..." en cambio tú, has asumido la Presidencia de EuskoFederpen a escasos dos años de colgar las botas, ¿qué es lo que te ha motivado a dar este paso?
En mi opinión no son incompatibles el ocio y la participación en una iniciativa de este tipo. Di el paso por una llamada de Txema Odriozola, él ha sido durante 15 años Presidente de la Federación. Yo creo que habría que hacerle un homenaje especial porque ha trabajado mucho a favor de esta Federación, ampliando la institución y llevando a cabo un gran trabajo en favor de los derechos de las personas mayores. Esa llamada hizo darme cuenta que soy persona mayor. Yo creo que en este mundo tenemos que ser solidarios y por eso entré en esta Federación, voy a hacer todo lo posible para llevarlo a cabo.
Ahora mismo tenemos las mascarillas encima de la mesa debido a la pandemia que estamos sufriendo por el COVID-19. Como médico, ¿cómo estás viviendo esta situación?
El COVID-19 se ha presentado de una manera violenta. En diciembre, en China, aunque ya sabíamos que había aparecido en forma de epidemia, no pensábamos que afectaría a nuestro país, nos ha pillado por sorpresa. Las medidas que se podían poner para controlar esta pandemia han fallado.
En esta sociedad basada en la economía, ha fallado además uno de los pilares fundamentales: la salud. No han fallado los profesionales, cuyo trabajo es digno de elogio, pero sí la medicina y el cuidado de las personas mayores. Aquí, la economía y la salud han chocado y, de una manera u otra, podríamos decir que de un estado de bienestar hemos pasado a otro de malestar.
El 1 de octubre celebramos el Día Internacional de las Personas Mayores y este año Naciones Unidas ha elegido el nuevo lema “Pandemias: ¿Cambian la forma en que abordamos la edad y el envejecimiento?", ¿qué te sugiere esta frase?
La pandemia ha afectado a toda la sociedad, es decir, toda la sociedad está sufriendo las consecuencias de esta enfermedad. Sin embargo, especialmente, es a las personas mayores a las que más está afectando. Esta situación nos ha hecho darnos cuenta de que vivimos en una sociedad frágil, tanto individual como colectivamente. Las personas mayores, al estar más envejecidas, son aún más vulnerables y eso ha causado más muertes. Como seres humanos, debemos aceptar la vejez como la etapa natural de la vida, ya que, como dice un estudio de Standford, la vejez comienza a los 34 años.
La vejez es una realidad y necesitamos la aceptación de la sociedad, obviar que una persona no es productiva cuando llega a la jubilación no es de recibo. En consecuencia, esta frase me sugiere que debemos trabajar la vejez de otra manera, que debemos reinventar la vejez, que es nuestra vida futura.
Sé que sigues la evolución del COVID-19. Todos los días estamos siendo bombardeados por los medios, radio, televisión... a cada hora tenemos los nuevos datos relacionados con la pandemia. ¿Cómo cree que afectará esta situación a la planificación y a las políticas?
La pandemia nos llevará a reinventar nuestra sociedad, a cambiar las cosas. A la crisis sanitaria que estamos viviendo en este momento, le seguirá una grave crisis económica y lamentablemente, la salud es muy cara y no somos conscientes de que es cara. Tendremos que cambiar los procesos que utilizamos para ofrecer salud. En consecuencia, si limitamos los recursos para estos procesos, tendrán que ser diferentes, pero no tienen por qué ser peores.
Uno de los objetivos de este año es crear sensibilización sobre la salud de las personas mayores. Como Presidente de EuskoFederpen, ¿cómo ves esta idea y cómo te parece que se podría encauzar desde Euskadi Lagunkoia?
La sociedad, como las personas mayores, debe reaccionar. El enfrentamiento que estamos viviendo en este momento no tiene sentido; si hemos pervivido como especie es gracias a la solidaridad, si seguimos así, podemos estar en peligro de extinción. Por ejemplo, a las personas mayores nos meten miedo diciendo que cada vez somos más, que la sociedad está envejecida, que las pensiones están en peligro porque no hay dinero, que nuestra sociedad de bienestar también está en peligro... y claro, todas estas cosas nos hacen daño.
Lo que pedimos a la sociedad es el reconocimiento que nos merecemos: queremos seguir aportando a la sociedad mientras estamos sanos y queremos que nos cuiden cuando estemos ya enfermos, y por eso, como personas mayores, debemos unirnos participando en asociaciones, si no, nunca tendremos voz y la sociedad nos considerará como algo lejano. Queremos un diálogo abierto con instituciones y autoridades para que escuchen nuestras exigencias. En resumen, queremos ser activos y seguir enriqueciendo la sociedad.
Euskadi Lagunkoia es un proyecto muy interesante del Gobierno Vasco. Su objetivo es conseguir entornos amigables para las personas mayores, pero ésta es sólo una de las patas del envejecimiento activo. Debemos relacionarlo con lo que hoy llamamos empoderamiento, entre otras cosas, con poner en valor nuestra autonomía. Y otra pata sería la gobernanza compartida, es decir, participar en la sociedad para que nuestra voz se escuche. Esas serían las tres patas del envejecimiento activo.
Desde Euskadi Lagunkoia nos hemos unido al lema de las Naciones Unidas para hacer frente a la pandemia desde la amigabilidad. Hemos pedido a las personas que integran los grupos motores de Euskadi Lagunkoia, 66 municipios en total, que nos envíen fotografías y vídeos de las actividades que están desarrollando ¿crees que en Euskadi las personas mayores están concienciadas con el envejecimiento activo? ¿Es una sociedad que se cuida?
En mi opinión sí, la pandemia ha dejado en evidencia muchos gestos de solidaridad. Entre otras cosas, ha ido enorme el trabajo realizado por los profesionales de la sanidad, los que cuidan a las personas mayores, el personal que trabaja en los servicios... y a todos hay que agradecerles su esfuerzo, ya que han ofrecido una lección enorme.
En cuanto al envejecimiento activo, me parece que las personas jubiladas tienen derecho a decidir qué quieren hacer con su vida. Quien lo desee dedicará el tiempo al ocio, otros se apuntarán a una asociación para enriquecer su autoestima. ¿Qué necesitamos para eso? Definir e informar las vías de participación, que son muchas. Que cada uno elija su canal para su propia autorrealización.
El pasado 7 de septiembre terminó el plazo para presentarse al concurso de "Buenas Prácticas en Amigabilidad 2020" de Euskadi Lagunkoia. Este año formas parte del jurado, ¿cómo asumes esta responsabilidad?
La verdad es que me ha hecho mucha ilusión. Conocer los proyectos que se han presentado me ha enriquecido mucho como persona y me ha servido para comprobar que la solidaridad que hemos mencionado antes tiene una presencia enorme. Para mí está siendo una forma de aprender, rápida además; vengo de la sanidad y estoy conociendo proyectos que me están dejando impresionado en el ámbito social. Hay muchos proyectos que no conocemos, de diferentes tipos, y deberíamos empezar a unirnos para que, a través de una red de asociaciones, nos conozcamos entre nosotros y compartamos los recursos que tenemos, para hacer entre todos proyectos más importantes.
Muchos visualizan el 31 de diciembre como el final de un año desastroso... ¿Hay lugar para la esperanza en el 2021?
Yo, personalmente, no quiero envejecer antes de lo necesario. Quiero vivir el día a día y vivir con intensidad todos los días que me quedan hasta el 31 de diciembre.
Cuando hay problemas, me imagino la situación como si estuviéramos en un túnel; entonces tenemos que estar más unidos que nunca, más cerca que nunca, cogernos de la mano y caminar hacia la luz. No tenemos que esperar a que esa luz llegue por sí misma, somos nosotros los que tenemos que avanzar y para eso tenemos que trabajar conjuntamente.