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16 Junio 2022

La recogida del relato sigue avanzando. Esta vez nos hemos acercado a la zona rural de Álava donde las y los habitantes de la zona nos han ofrecido reflexiones muy enriquecedoras.
Llevar adelante un proyecto municipal con la implicación de la ciudadanía suele resultar una tarea que precisa de la entrega y desempeño de las personas intervinientes. En cuanto nos movemos al entorno rural, la complejidad es aún mayor.
Es lo que nos han trasladado los responsables de los grupos motores de esta zona de Álava, donde han sido invitados los municipios de Campezo, Maeztu, Bernedo, Dulantzi, Amurrio, Vitoria-Gasteiz, Villabuena de Álava, Leza y la Cuadrilla de Añana.
En esta sesión se ha estado conversando sobre las dificultades de la puesta en marcha y ejecución del proyecto de amigabilidad en las zonas muy rurales, las consecuencias de la pandemia, cómo viven las personas mayores la amigabilidad en sus municipios y cuáles son los aspectos más valorados.
¿Qué ocurre con los entornos rurales?
Los miembros de los grupos motores han opinado que es necesario adaptar la metodología de trabajo del proyecto de las zonas rurales de Álava, porque incluso allí hay diversidad de situaciones y factores que determinan la mayor o menor consecución de objetivos en proyectos de amigabilidad.
Se remarca además la necesidad de unificar los proyectos que surgen con objetivos similares: Euskadi Lagunkoia, Araba a Punto (soledad), Edadismo… Ya que nos indican los responsables de los grupos motores que el número y diversidad de los participantes implicados debería ser mayor, para conocer sus actitudes y necesidades.
La Amigabilidad post-Covid
La pandemia ha dejado mucho miedo y está costando volver a arrancar la actividad; la gente está participando menos que antes. Tal y como comentan en la reunión “cada persona va un poco a su aire, ya no es como antes y la pandemia ha impactado mucho”.
La digitalización ¿Mejora o impedimento?
Asimismo, la creciente digitalización durante y tras la pandemia ha generado dificultades de adaptación a personas de todas las edades, pero sobre todo a mayores que no utilizan las nuevas tecnologías.
En opinión de este segmento poblacional, por ejemplo, se ha mejorado el transporte por parte de la Diputación Foral de Álava, pero se ha complejizado sacar el billete, porque de alguna forma se combina la digitalización con una buena parte de la población que tiene necesidad de conocer y aprender cómo se realizan este tipo de procesos telemáticos.
¿El hecho de que no esté recogido en el Diagnóstico o Plan de Acción, significa que no es amigable?
En los entornos rurales se llevan adelante muchas acciones para mejorar la vida de las personas mayores, pero no todas están consideradas o recogidas en el diagnóstico o Plan de Acción; esto se explica porque buena parte de la información que se genera en torno a las necesidades de las personas mayores se recoge en espacios cotidianos mediante acciones presenciales, en las calles. Esto se debe a que las aportaciones de las personas de los municipios pequeños se hacen de manera natural, existe una relación de cercanía entre la parte política y ciudadanía.
Participación: más allá de las actividades
Indican que en muchos casos el problema en los municipios adheridos no es que no se organicen actividades, sino que la ciudadanía no participa. Las personas que lo hacen, en cambio, tienen muy buena valoración.
Las personas mayores echan en falta la compañía y seguir manteniendo la relación con los demás, no tanto hacer actividades. Lo que más valoran de su municipio es la cercanía entre las personas, conocerse y ayudarse y la rapidez de respuesta.
En cuanto a las personas migrantes, sienten que están bien integradas en el municipio. En algún caso se comenta que ven más integrados a los hombres que a las mujeres, pero no en todos los casos. Este tipo de aspectos generan preguntas de reflexión en torno a cómo favorecer la participación de este colectivo, para hacer de las villas, pueblos amigables.