El pasado 25 de noviembre se celebró el Día Internacional contra la Violencia de Género, y con este motivo, en el centro escolar al que asiste mi nieta -imagino que al igual que en muchos otros- se impartieron diversas charlas ilustrativas por parte de diferentes ponentes.
Además, las chicas participaron en una serie de talleres donde, entre otras actividades, tuvieron clases de defensa personal. Estupendo. ¿Y qué pasa con los chicos?, ¿a ellos nos les “entrenan” en la igualdad y en el respeto?pregunté. De momento parece que no, la educación “especial” para estar preparadas llegado el caso se la dan a ellas. “Está muy bien saber defendernos ante un mal trato, un acoso, un constante control telefónico o una posible violación, pero ¿no es mejor educar a los chicos a respetarnos, a que sepan donde están los límites de una insistencia?” Yo también me hacía esta pregunta mientras me comentaba esta situación.
Quiero pensar que habrá más días en los que en los centros escolares -además de en el ámbito familiar y en otros de nuestra sociedad- se inculquen los valores que se recuerdan cada 25 de noviembre porque ¿qué supone un día al año para meter en determinadas cabezas que un No es un NO?
Una publicidad institucional nos viene mostrando estos días una bonita imagen estética donde una chica se ve acosada telefonicamente por su chico y solicita ayuda. ¿Donde están las imágenes de un chico que nos muestre su buen proceder?Ahí están los datos y solo recojo unos que leí recientemente. Cinco mil mujeres están tuteladas por la Ertzaintza por violencia de género o doméstica; 34 cuentan con escolta personal. Y 31 agresores llevan activadas pulseras electrónicas, El numero de muertes a nivel estatal roza el medio centenar. Es un suma y sigue que no para.